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Los más de mil hijos de Ángeles Pérez Guerrero.
Asociación Pro Recuperación de Marginados (APROMAR).
Acompañamiento y cariño para internos que no tienen a dónde ir.

Tiene 80 años. A los 18 empezó a hacer voluntariado y poco después comenzó a visitar cárceles. De ahí surgió APROMAR, Asociación Pro Recuperación de Marginados: una red de pisos que acoge a presos cuando salen de permiso y les ayuda a integrarse en la sociedad. No sabe cuántos han pasado por sus pisos pero sí sabe que todos la consideran una segunda madre.

Lucía Martín.

Con toda la modestia del mundo, como si no hubiese hecho nada digno de mención en su vida, Ángeles Pérez Guerrero afirma que tiene 80 años, que es ama de casa y voluntaria. Como si en esta simple frase se pudiese resumir su vida de dedicación a los demás. Porque eso es lo que esta mujer, oriunda de un pueblo de Jaén, lleva haciendo a lo largo de su existencia: echar un cable a los otros, sacarlos del atolladero, darles no una sino múltiples oportunidades. 

Ángeles es el germen y el motor de APROMAR, la Asociación Pro Recuperación de Marginados, que lleva funcionando desde hace 40 años y que ha ayudado a más de mil reclusos. Ella sigue visitando cárceles: Valdemoro, Navalcarnero, Ocaña II… yendo contenta cada vez que entra en una. Cuando se le pregunta sobre la jubilación dice que lo hará como las artistas, “en el escenario”.

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ALGUNOS DATOS.

Ha acogido, preparado y enfocado para una inserción real a más de 1.000 presos.

La Asociación dispone de 6 pisos y 43 camas para la acogida.