Asociación vecinal que impulsa la cultura de barrio en la ciudad de Melilla.
Teatralizar los problemas es un buen modo de tomar distancia para intentar resolverlos. ‘En Sus Zapatos: Un Espacio de Empatía Activa’ es un programa de alfabetización emocional que utiliza el teatro para aprender a ponerse en la piel de otros, entender sus emociones y motivaciones y abordar posibles soluciones que mejoren la convivencia en los centros escolares.
Pepo Jiménez.
Cuenta Pax Dettoni (Viella, 1978) que el bullying no es un problema solo entre alumnos: “Si queremos que en un aula no haya acoso, que no haya acoso tampoco en el claustro, porque en los claustros también lo hay. Y que no lo haya entre las madres, ni entre las madres con las maestras, ni entre el conserje con la directora, ni la directora con el profesor”.
El problema del acoso es transversal y se enquista cuanto más nos empeñemos en señalar a los culpables de siempre: “Tampoco hay víctimas ni acosadores”, prosigue esta antropóloga, experta en educación emocional y fundadora del Teatro de Conciencia: “Los niños que han cometido una agresión a la vez son víctimas. Porque alguien que agrede nos está hablando de que es alguien que tiene mucho dolor emocional”.
Después de estar charlando una hora con Pax uno tiene la sensación de que al hablar de bullying nos centramos en las consecuencias violentas de algunos y olvidamos el abordaje del dolor emocional que las provoca, mucho antes de esa patada o ese insulto llamativo que acaba en portada de un telediario. Esta es la clave de ‘En Sus Zapatos: Un Espacio de Empatía Activa’, un programa de Teatro de Conciencia que nos permite generar una empatía activa con todos los actores escolares para interpretar las emociones, anticiparse al conflicto y mejorar la convivencia a todos los niveles: alumnos, familias, profesores y alumnos.
Conocerse a uno mismo para empatizar con los demás.
Pax necesitó de un largo viaje personal para entender el mensaje que le estaban mandando sus emociones. Para poder ser empáticos —dice siempre ella— primero tenemos que conocernos a nosotros mismos, aprender a sentir y entender cómo nos controlan nuestras emociones para luego poder dirigirlas nosotros a ellas. Eso es la alfabetización emocional: “Te enseñan a pensar con las matemáticas. Te enseñan a actuar para lavarte las manos, pero no te enseñan a sentir”, dice convencida Pax.
Diez años trabajando en cooperación internacional fueron suficientes para encontrarse a sí misma. Pax se dio cuenta de que estar bien no significa ‘tener’ o ni siquiera ‘dar’, sino más bien ‘sentir’ o enseñar a ‘sentir’. No basta con proporcionar bienes materiales a los más necesitados, sino que también es necesario trabajar los intangibles y alimentar sus propias motivaciones para ayudarles a que sean ellos los que conduzcan sus vidas.
“¿Te gusta descubrir que tienes miedo? No. A mí tampoco. ¿Te gusta descubrir que puedes tener envidia? No. A mí tampoco. ¿Te gusta descubrir que puedes tener, incluso, odio? No. Pero está. Todo eso está ahí”, nos explica Pax mientras hace pasar diferentes máscaras de atrezo por delante de su cara. “La alegría también te puede llevar al ‘yo lo puedo todo’. Pero los sentimientos no son de por sí buenos o malos, lo que yo hago con ellos sí puede serlo”, termina explicando.
Para sumergirse en ese aprendizaje emocional Pax utiliza el teatro —su pasión desde niña—. Una forma de que los niños, familias y profesores creen un nuevo espacio de convivencia donde aprendan a gestionar esas emociones que nos atenazan y nos gobiernan, de manera que no nos lleven a actuar de forma violenta con otras personas. Tan simple como eso.
Cada centro escolar diseña su propia representación teatral después de una formación de una facilitadora acreditada por la Asociación Teatro de Conciencia. Un teatro dinámico que no tiene espectadores convencionales, ni patio de butacas, ni entradas. Todos son parte de este juego de ‘empatía activa’ que representa situaciones cotidianas del patio, del claustro o del aula donde puedan surgir los conflictos. Con las máscaras y capas, las emociones (propias y ajenas) se convierten en personajes de la representación y los niños se enfrentan, les preguntan, y aprenden a entender por qué están ahí para no dejarse dominar por ellas.
El programa ‘En sus Zapatos’ ya es todo un éxito, 57 centros escolares en la Comunidad de Madrid lo han implementado en los últimos cuatro años. Más de 10.000 personas han plantado cara a sus sentimientos para aprender a gestionar conflictos. “Los docentes y familias vienen a contar cómo ellos antes gritaban para solucionar un problema y han dejado de gritar; cómo antes castigaban y ahora dejan de castigar y usan más la práctica restaurativa. Uno siente gratitud de que eso se dé, y esa gratitud viene acompañada, como siempre, de alegría”, termina confesando Pax.