Mejorar el diagnóstico y bienestar de personas con TEAF (Trastorno del Espectro Alcohólico Fetal).
Ayúdame3d es un proyecto social del español Guillermo Martínez que ofrece una solución tecnológica y rápida a personas amputadas y sin recursos para intentar mejorar su calidad de vida. Sus prótesis, fabricadas con impresoras 3d y enviadas a cualquier parte del mundo, ayudan a la escolarización y la empleabilidad de un colectivo muy estigmatizado.
Pepo Jiménez.
¡Por fin puedo coger un libro y la tiza a la vez! Estas fueron las primeras palabras que Philip, profesor de primaria en una pequeña aldea en Kenia, dedicó a Guillermo cuando le entregó su primera trésdesis, allá por 2018. Una trésdesis es una prótesis de antebrazo, fabricada en plástico biodegradable con una impresora 3D convencional, que permite recuperar la mano prensil de personas amputadas sin utilizar motores ni electrónica. “En 44 años nunca he podido usar las dos manos a la vez”, recuerda todavía Philip con una inmensa sonrisa. En Kenia, el salario medio está por debajo de los 300€ y una prótesis convencional articulada y de carbono no baja de los 15.000€. El sueño imposible de Philip se había hecho realidad gracias a un joven diseñador español.
Guillermo Martínez Gauna-Vivas, fundador de Ayúdame3D, es un tipo curioso, de esos a los que les gustaba desmontar y diseñar sus propios juguetes cuando era niño. “Siempre he querido tener algo que hiciese esos juguetes realidad, esos dibujos, esos bocetos”, nos cuenta. Tanto es así que, después de estudiar diseño 3d, esa necesidad acabó por convertirse en una profesión, trabajando como desarrollador de juguetes para una reconocida marca del sector.
Hasta que un día descubrió las impresoras 3d. Un nuevo ‘electrodoméstico’ que pretende democratizar la forma en que fabricamos los objetos que nos rodean. El ‘Do It Yourself’ que siempre defendió de niño ahora cuenta con una herramienta y una comunidad que puede responder casi a cualquier desafío, a cualquier boceto o dibujo imaginado. ¿Y si diseñamos cosas con verdadero impacto?
Hasta que un día descubrió las impresoras 3D. Un nuevo ‘electrodoméstico’ que pretende democratizar la forma en que fabricamos los objetos que nos rodean. El ‘Do It Yourself’ que siempre defendió de niño ahora cuenta con una herramienta y una comunidad que puede responder casi a cualquier desafío, a cualquier boceto o dibujo imaginado. ¿Y si diseñamos cosas con verdadero impacto?
“En un viaje que hice a un orfanato de Kenia, con unos conocidos, surgió esta casualidad. Allí buscaron gente por la zona que necesitaban esta ayuda. Algunas cosas ya existían pero otras había que diseñarlas y pensé. ‘Vamos a crear el primer brazo para gente sin codo impreso en 3D’. Hoy estamos ayudando ya a más de 200 personas al año en más de 50 países”, resume.
La gran potencia del proyecto que ha creado es su comunidad. Los ‘Helpers3D’, como los llama Guillermo, permiten disgregar el diseño y la producción más localizada, abaratando al mínimo los costes de las prótesis y siendo mucho más eficaces. Esto permitió, por ejemplo, que durante la pandemia, toda esa comunidad se pusiera a fabricar viseras de equipos EPI cuando la industria convencional estaba saturada. Más de 20.000 sanitarios fueron ayudados con la creación de estos dispositivos.
El presente y futuro de Ayúdame3D pasa por la educación, por extender esa comunidad con aulas internacionales de formación y diseño. El programa A3Dkids lleva esta formación a los colegios españoles, y también recientemente han abierto un aula tecnológica en el Valle del Rift, Kenia, dirigida por estudiantes de la zona que abastece a la comunidad de sus prótesis de forma totalmente independiente.
¿Y tú, cómo quieres ayudar?