NADIA scaled
Del velo al turbante: Vestirse de hombre para poder sobrevivir.
Ponts per la Pau
La refugiada afgana que cuida a compatriotas acogidos.

Nadia Ghulam pasó 10 años en Kabul disfrazada de su hermano fallecido para poder trabajar y sacar adelante a su familia. Hoy lidera desde Badalona ‘Ponts per la Pau, una asociación que lucha por los derechos y educación de niñas y mujeres en Afganistán y por la integración y acogida de refugiados en España.

Pepo Jiménez.

La última vez que la madre de Nadia la llamó por su nombre en persona ambas estaban cubiertas de yeso y fuego. “¡Nadia, Nadia, Nadia! ¿estás bien?”, gritó. Una bomba de los muyahidines acababa de destruir su casa y la armonía de esta pequeña familia trabajadora de Kabul. A partir de aquel momento Nadia, que tan solo era una niña, tuvo que adoptar la identidad de su hermano fallecido para poder trabajar e intentar sacar adelante a su familia.

Me llamo Zelmai.

Nadia (Kabul, Afganistán, 1985) y su hermano Zelmai tuvieron una infancia feliz porque su familia construyó un refugio de cristal en el infierno del Afganistán de los 90. “Desde pequeña tenía mucha obsesión por aprender. Por eso cuando me hablaban de guerra era algo que me sonaba muy lejos”, nos cuenta.

Durante aquel periodo de entreguerras todo estaba en proceso de cambio en Kabul hacia una realidad aún más oscura. “En aquellos tiempos mi madre iba con minifalda. Podíamos ver la televisión, luego fue prohibida. Y no solo prohibieron la televisión, no podías escuchar música, no podías ni sonreír. Era un crimen también una sonrisa. Era todo, todo pecado”, recuerda Nadia con vehemencia.

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ALGUNOS DATOS.

La organización de las Naciones Unidas registró en 2019 un total de 5.120.756 de migrantes procedentes de Afganistán.

«Nuestro propósito es la orientación y la formación de aquellas personas inmigradas en situación especialmente dificultosa».