El consumidor promedio ahora compra un 60% más de ropa en comparación con el 2000, pero el uso de las prendas ha disminuido a la mitad y el 40% nunca llega a usarse (UNECE, 2018)
¿Hay algo más placentero que comprar una nueva pieza de ropa mientras se salva el medio ambiente y se lucha activamente por los derechos de las mujeres?