Apoyo a la comunidad LGTBIQ en la crisis de Ucrania.
Las redes sociales han facilitado la conexión entre miles de voluntarios que han puesto todos sus medios para colaborar con el pueblo ucraniano. Covadonga Solares y Álvaro Iserte, dos estudiantes españoles en Cracovia, son un ejemplo de ello. Gracias a las plataformas digitales han conseguido acoger a dos jóvenes ucranianas y donar 50.000 en productos de primera necesidad para los refugiados. Si tú también quieres actuar en favor de Ucrania en Pienso, Luego Actúo puedes encontrar diferentes iniciativas.
Patricia Ávila Sánchez
Estaciones repletas y trenes abarrotados, filas interminables de coches y autobuses con familias que dejan atrás a sus seres queridos. Esta situación se repite desde hace más de 15 días, tras la ofensiva rusa, en las fronteras de Ucrania con Polonia, Rumanía y Moldavia. Más de 2,3 millones de personas han cruzado a países vecinos, según datos de ACNUR publicados el jueves 10 de marzo.
A 250 kilómetros de esa frontera, entre Polonia y Ucrania, en Cracovia, vive Covadonga Solares, una asturiana de 25 años que estudia un Máster de Política Europea. El mismo día que estalló el conflicto vio que el ayuntamiento de Cracovia había lanzado una petición para recoger productos de primera necesidad para enviar a Leópolis –Lviv– y pensó: «Yo estoy aquí y tengo que ayudar como sea». Acto seguido llamó a sus padres para que le hicieran una transferencia y poder hacer «una compra enorme» y llevarla al ayuntamiento.
Conexión Asturias-Cracovia con destino Ucrania
Pero la joven quiso dar un pasito más. Habló con sus compañeros de clase también dispuestos a cooperar y publicó un vídeo a través de su perfil de Instagram en el que informaba sobre la situación y pedía ayuda: «Me contactó muchísima gente de mi entorno en Asturias queriendo aportar algo. Somos un grupo de estudiantes en Polonia que hemos recaudado 50.000 euros con los que ya hemos comprado comida, productos básicos, lavadoras y calefactores para un refugio aquí en Cracovia. Las redes sociales están siendo un plataforma gigantesca que está sirviendo para movilizar a la gente».
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Gracias a la colaboración de sus paisanos, Covadonga ha conseguido que dos empresas trasladen dos camiones de 22 toneladas repletos de comida, ropa y material sanitario desde Asturias hasta la frontera entre Polonia y Ucrania.
Un piso de estudiantes compartido con refugiados
Además del despliegue de los asturianos con la donación económica o el envío de alimentos, muchos españoles en Polonia también se han puesto en contacto con ella. «Tengo una habitación libre en mi casa donde entran dos personas porque mi compañero se ha ido y yo voy a asumir el alquiler». Este fue el mensaje que Álvaro Iserte, un estudiante catalán de erasmus en Cracovia, le envió por Instagram. «Nos conocemos por amigos en común. Le dije que pusiéramos un post en una página en Facebook y al rato nos contestó un chico americano que estaba interesado por la habitación, pero no para él, si no para dos amigas ucranianas con las que había huido de Kiev», explica la joven.
Al día siguiente Álvaro y Covadonga organizaron un encuentro en forma de cena para recibir a Karina Rybchanivska y Nastia Denysiuk, las dos jóvenes que han tenido que huir de su país de manera urgente. «Nos caímos todos súper bien. Por un segundo parecíamos un grupo de amigos que habíamos quedado de manera normal para tomar unos vinos y pasarlo bien», comentan emocionados los dos estudiantes españoles. «Pero surge la conversación y volvemos a la realidad. Estas chicas están flipando porque ven las noticias y piensan que han estado ahí hace días, tenían sus trabajos… y encima sus familias se han quedado en Ucrania», continúan.
Al igual que Karina y Nastia, muchos son los ucranianos, sobre todo mujeres y niños, que han podido huir del conflicto gracias a las conexiones entre personas de diferentes países europeos dispuestas a colaborar.
Solidaridad reflejada y reforzada a través de las redes sociales
Ucranianos residentes en diferentes ciudades españoles han habilitado puntos de recogida de alimentos y productos básicos con el apoyo de amigos, compañeros de trabajo, vecinos y cualquier persona que se ha acercado a echar una mano. Taxistas, conductores de autobús, camioneros o ciudadanos en sus coches recorren miles de kilómetros para llevar lo necesario hasta la frontera con Ucrania. Casi todos vuelven con familias o niños que han abandonado sus casas para empezar desde cero lejos de la guerra.
En la COPISTERÍA ÓVALO están haciendo una recogida de: medicamentos, vendajes, gasas, anticoagulantes, analgésicos, comida enlatada (no fresca), toallitas húmedas, potitos, leche en polvo, calcetines calientes y sacos para dormir.
Para ENVIAR A ????????
Todo es poco…???? Difundid porfa— pau (@paulacarrsco) March 2, 2022
El boca a boca y la difusión en redes sociales y plataformas digitales han provocado cadenas y cadenas de voluntarios que actúan para ayudar a Ucrania –asociaciones locales, ayuntamientos, grupos de amigos, ONGs, etc.–. Si tu también quieres aportar, en Pienso, Luego Actúo tenemos muchas iniciativas que necesitan tu colaboración.